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Sistema óseo. Generalidades

  • joisbelf
  • 4 jun 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 6 jun 2020

El esqueleto está constituido por un conjunto de huesos unidos entre sí. El esqueleto del hombre es osteocartilaginoso. Durante la vida fetal, el esqueleto osteocartilaginoso que se forma es reemplazado luego por hueso de sustitución. En el adulto, el esqueleto cartilaginoso persiste en forma limitada: cartílagos costales, articulares, tabique nasal, etcétera.


Los huesos son piezas duras, resistentes, que sirven de sostén a los músculos que los rodean. Pueden presentarse como:


- Elementos protectores: un conjunto de huesos se conectan entre sí y forman cavidades que alojan sistemas y sentidos (crtineo, órbitas, etc.).

- Elementos articulares: en las articulaciones móviles, los huesos esttin unidos entre sí por cápsulas, ligamentos y músculos. Estos últimos forman los ligamentos activos y los cartílagos participan como piezas pasivas.


Aspecto general del esqueleto


Conjunto craneovertebral

En la región medial el esqueleto está constituido por la superposición de una serie de piezas óseas cuyo conjunto forma la columna vertebral, que se halla situada en el eje longitudinal del cuerpo y constituye el eje vertical del esqueleto. Su parte superior sostiene el cráneo. En su extremo inferior, las vértebras se sueldan y adelgazan, formando dos huesos: el sacro y el cóccix. El conjunto craneovertebral o esqueleto axial presenta en su interior una cavidad donde se aloja el sistema nervioso central, con las ralees de los nervios espinales y sus envolturas.


Tórax

De la parte mediana de la columna vertebral se separa a ambos lados una serie regular de arcos óseos: las costillas, en número de doce para cada lado. Estas se articulan por delante con el esternón, por intermedio de los cartílagos costales, excepto las dos últimas, que quedan libres (costillas flotantes). El conjunto de columna vertebral, costillas, cartílagos, esternón y espacios intercostocondrales se integra en una caja de constitución especial: el tórax.


Cintura escapular

(Cingulum pectorale) está formada por la escápula y la clavícula; su función es unir los miembros superiores al tórax.


Cintura pélvica

(cingulum pelvicum) se encuentra situada en el extremo inferior de la columna vertebral y está constituida por los huesos coxales y el sacro. Estos sirven para que se conecten los miembros inferiores. Los huesos coxales, el sacro y el cóccix delimitan un espacio: la cavidad pelviana.


Miembro superior

Comprende tres segmentos con sus respectivos huesos: el brazo, con el húmero; el antebrazo, con el cúbito (u/na) y el radio, y la mano, con los huesos del carpo, el metacarpo y las falanges.


Miembro inferior

También presenta tres segmentos: el muslo, con el fémur; la pierna, con la tibia y el peroné (fibula), y el pie, con el tarso, el metatarso y las falanges.

Existe un único hueso, situado en el cuello, que no presenta conexiones directas con el resto del esqueleto: se trata del hueso hioides.


Número de huesos


En el adulto se cuentan 206 huesos. El número de las piezas óseas varía con la edad. En el niño, el hueso frontal comprende dos piezas: derecha e izquierda, que luego se fusionan. Asimismo el hueso coxal está formado por tres huesos diferentes: isquion, ilion y pubis, que posteriormente se sueldan entre si. En la vejez, los huesos pueden soldarse, en especial los del cráneo, lo que disminuye su número.


Configuración externa de los huesos


Forma

Los huesos se presentan en tres formas principales:

A. Huesos largos: predomina la longitud sobre el espesor y el ancho. Constan de un cuerpo o diáfisis y de dos extremos o epífisis. La unión de la diáfisis con la epífisis se llama metáfisis. A este grupo corresponden los huesos de los dos primeros segmentos de los miembros.

B. Huesos cortos: de volumen restringido, sus tres ejes son semejantes. Su forma es variable, por lo.general cuboidea; se los encuentra en el carpo y el tarso.

C. Huesos planos: el espesor es reducido, con predominio de la longitud y el ancho. Constituyen las paredes de las cavidades craneal, nasales, orbitarias y pelviana. Pueden formar amplias superficies de inserción muscular: escápula, coxal, occipital.


Superficie


En la superficie de los huesos existen irregularidades, como salientes, entrantes y superficies ásperas. Las eminencias y las salientes adoptan formas variables:


- Eminencias articulares: son regulares, como la cabeza del húmero y los cóndilos del fémur.

- Eminencias extraarticulares: muy variables, irregulares y rugosas, por lo común destinadas a inserciones musculares o ligamentosas. Su desarrollo varia según la potencia que ejerce el músculo que se inserta en ellas. Se las denomina apófisis, protuberancias, tuberosidades, espinas, crestas, líneas.


Los huesos pueden presentar cavidades que se dividen en:


- Cavidades articulares: son depresiones esferoidales, elipsoidales o cupuliformes que encajan en una saliente del hueso articular, como las cavidades cotiloideas y glenoideas y los platillos tibiales.

- Cavidades no articulares: de forma variable, se distinguen:

A. Cavidades de inserción: en ellas se fijan determinados músculos.

B. Cavidades de recepción: por ellas pasan tendones, arterias, venas y nervios. Se presentan en forma de canales, surcos, incisuras, conductos, pero pueden observarse otras disposiciones en las cuales los huesos adoptan una conformación que constituye una fosa: cerebral, cerebelosa, hipofisaria.

C. Cavidades de ampliación: son divertículos, celdas o senos intraóseos, situados por lo general en la vecindad de las cavidades de la cara (senos maxilar, frontal, etc.) o en el hueso temporal {aparato de la audición, células mastoideas).


Configuración interna de los huesos


En el hueso del adulto, al corte se reconocen dos porciones: el hueso compacto y el hueso esponjoso o trabecular. El hueso compacto forma una capa periférica y continua. El hueso esponjoso está constituido por una serie de laminillas o trabéculas que delimitan espacios comunicantes entre sr, ocupados por la médula ósea. El tejido compacto le forma al esponjoso un estuche de contención. Las trabéculas del hueso esponjoso tienen una orientación que permite al hueso una mayor resistencia a las presiones o a las tracciones que debe soportar utilizando el mínimo de material.


REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA


Latarjet. Ruiz Liard. Anatomía Humana

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